Extracto del capítulo VI
Según la parábola del portador asintomático —que tendremos a bien desmembrar en el capítulo IX—, siempre existe la posibilidad de que en usted anide el malvado coronavirus. Repetimos: la posibilidad. Si éste fuera el caso, existiría la posibilidad de que usted se encontrara hoy en un momento de la incubación que le confiriera la potestad de transmitir el virus y contagiar a otro. Es decir, una posibilidad dentro de otra posibilidad. Si éste fuera el caso, existiría la posibilidad de que, al caminar por la vereda, usted pasara cerca de otra persona. Cada vez que ése fuera el caso, existiría la posibilidad de que alguna gotícula egresada de su boca o nariz fuese a parar al cuerpo de esa otra persona. Si éste fuera el caso, existiría la posibilidad de que el virus, presente en las excreciones saltarinas, encontrase una vía de acceso al interior del cuerpo de la persona salpicada y la infectara. Si éste fuera el caso, existiría la posibilidad de que la persona recientemente contagiada, o a